Breve reseña sobre nuestra Institución
La Masonería es una Institución de Fraternidad Universal, esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, que proclama la existencia de un principio creador, y tiene por principios fundamentales la Tolerancia mutua, el Respeto de sí mismo y de los demás y la Libertad Absoluta del Pensamiento y de la Conciencia.
Los Masones (también conocidos como Francmasones) pertenecen a la más antigua y más grande organización fraternal del mundo. Los Masones provienen virtualmente de cualquier profesión u ocupación, aunque dentro de la fraternidad, todos se reúnen como iguales. Los Masones vienen de diversas ideologías políticas, pero se reúnen como amigos. Los Masones vienen de creencias religiosas y credos variados, sin embargo todos creen en Dios.
Los masones se consideran como hermanos y se dan mutuamente ese tratamiento. Deben ayudarse unos a otros en cualquier lugar donde se encuentren o cualquiera que sea la nación o la clase social a que pertenezcan, pues la Masonería no tiene fronteras: su campo de acción es el Universo. Se es admitido en la Orden previa ceremonia de iniciación y con los solemnes juramentos de honor que señalan los rituales.
Nadie sabe con precisión cuán antigua es la Masonería, porque sus verdaderos orígenes se pierden en el tiempo. La mayoría de los estudiosos cree que la Masonería surgió de las guildas de canteros (Stonemasons) que construyeron los majestuosos castillos y catedrales de la Edad Media.
En 1717, la Masonería creó una organización formal cuando cuatro logias en Londres se unieron para formar la primera Gran Logia de Inglaterra.
La Masonería moderna nació cuando los constructores prácticos se unieron a los constructores teóricos, cuando los masones especulativos, enseñando la filosofía y la moral, fueron recibidos en las logias compuestas hasta entonces por obreros que levantaban edificios materiales.
El Arte Real, que durante la Masonería de Obra se aplicó en cada construcción con estabilidad y belleza, hoy se aplica en cada espíritu para que cada masón trabaje mejor el suyo, con una alta moral y teniendo en vista los valores de justicia, paz, armonía y fraternidad como los más elevados fines de la Masonería.
A partir del año 1808 comienzan a llegar varios grupos de Masones a Venezuela. A parir de 1823, después de la batalla de Carabobo, comienzan a existir solicitudes de cartas patentes a Grandes Logias foráneas.
La organización institucional de la Orden en nuestro país se inicia al finalizar la Guerra de Independencia. Para 1855 - 1859 existe testimonio de la existencia de Nueve logias con cuatrocientos sesenta y seis miembros, un promedio de 51 hermanos por logia. Sólo en 1855 contamos cinco logias con trescientos treinta y cinco miembros, un promedio de 67 por logia, según datos elaborados en la Colección de cuadros Logiales del Instituto Venezolano de Estudios Masónicos (I.V.E.M.).
Muchos personajes destacados de la historia de Venezuela fueron Masones, entre ellos Francisco de Miranda, Simón Bolívar, José Antonio Páez, Andrés Bello y Simón Rodríguez. Adicionalmente, 13 de los presidentes de la República han pertenecido a nuestra Augusta Institución.
En la actualidad, la Masonería venezolana se encuentra frente a una realidad que le exige cada vez una participación activa en busca de cumplir los ideales que la inspiran.
Nuestras actividades están enmarcadas por una serie de principios rectores, que sirven de guía para todas nuestra acciones.
Todos somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por cualquier condición o circunstancia personal o social.
El Masón debe empeñarse en ser limpio de pensamiento y de acción, en ser honrado y justo. Esto se demuestra más con hechos que con palabras.
Ser filántropo no consiste en dar mucho, sino en dar exactamente lo necesario en el momento apropiado, sin fomentar la holgazanería y la dejadez.
Como Institución que busca la verdad, tenemos el compromiso de adquirir cada día nuevos conocimientos y ser cada día mejores ciudadanos.
Debemos comportarnos siempre como hombres libres y de buenas costumbres, fieles a las leyes, prestos siempre a la práctica de las virtudes.
La tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo y la libertad absoluta de conciencia, son principios fundamentales de nuestra Orden.